De manual
Cerveza fría, vermut, olivas, salazones, frutos secos, encurtidos, papas y que empiece la magia.
Un ritual gastronómico que habla de lo que somos y lo que seremos, cuya única norma dicta que donde caben dos siempre habrá sitio para tres y que sirve para abrir boca a todo lo bueno que tenemos por vivir, contar y compartir.
El aperitivo recoge la esencia de la buena vida y se convierte en un reflejo de nuestra personalidad no solo en el corazón de Valencia, si no en cualquier lugar en el que se haga una invitación a ralentizar el tiempo, charlar y conectar mientras se abre una bolsa de nuestros snacks.